Historia del Spectrum (página 2 de 2)
Los fracasos |
Paralelamente al desarrollo del Spectrum, Sinclair
Research llevó a cabo otros proyectos que comercialmente
resultaron ser un fracaso. Un ejemplo de ello fue el QL,
un ordenador enfocado al ámbito profesional que no encontró
su sitio en el mercado. Era una máquina con muchas posiblidades,
tenía un buen sistema operativo y
era potente, pero al
principio se produjeron errores de fabricación y distribución
que crearon desconfianza en los usuarios. Además, el sistema
de almacenamiento
elegido fue el microdrive, poco fiable y más
lento que el diskette. Pero sobretodo, no hubo un soporte sólido
por parte de los desarrolladores
de software.
Otros fiascos serios y muy costosos fueron el TV80 (un televisor en miniatura)
y el C5 (un vehículo eléctrico monoplaza).
Tras estos fracasos y pese a las buenas ventas del Spectrum 128,
Sinclair llegó a
una situación financiera insostenible.
La solución fue vender los derechos de fabricación,
distribución y venta de todos sus productos a su competidora
directa Amstrad Consumer Electronics por 5 millones de libras,
la cuál compró además
el logo, que siguió
usando en los modelos que vendrían después. Así
pues, Amstrad
se hacía por fin con una gran parte
del pastel (el mercado de los 8 bits), algo que había intentado
con su CPC 464 durante largo tiempo
sin conseguirlo.
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Una nueva etapa |
En 1986, Amstrad estrenó su propiedad sobre Sinclair lanzando
el Spectrum
+2.
El modelo era básicamente un Spectrum 128k pero con
un espectacular cambio estético.
El acabado y calidad de
fabricación en general era bastante superior que
en los
anteriores modelos
de Sinclair.
El color pasó del negro al gris y el teclado evolucionó
para ofrecer más comodidad y un aspecto totalmente profesional.
La unidad de
cassette, al igual
que en otros modelos de Amstrad del momento,
estaba integrada
en la
propia carcasa.
Se cambió el conector trasero y se
añadieron salidas para impresora
y joystick's,
siendo estos
cambios objeto de algunas
críticas, ya
que causaron incompatibilidad
con los periféricos diseñados para modelos anteriores
de
la marca Spectrum.
La manufacturación pasó a realizarse en Taiwan y
los costes continuaron siendo bajos,
al igual que ocurría bajo la gestión de Sinclair.
Así pues, fue un lanzamiento atractivo y a un precio asequible
que inmediatamente obtuvo un gran éxito de ventas.
Posteriormente, pero en el mismo año que su predecesor,
apareció el Spectrum+2A,
un modelo que retomó el color negro y que incorporaba 64
de ROM. El +2A tuvo una buena aceptación y mantuvo estable la popularidad del +2 y de la marca Sinclair.
A finales de 1987, el Amstrad CPC 464 fue el modelo
que había crecido de forma más espectacular, las carencias gráficas del Spectrum a esas alturas eran demasiado evidentes y el aspecto de los juegos ya comenzaba a estar demasiado desfasado, más aún en una época en la que las nuevas máquinas de 16 bits (Amiga
500, Atari
ST y Amstrad
PC1512) comenzaban a ensombrecer el panorama de los 8 bits.
En noviembre de 1987 se presentó el último Spectrum
de la historia y también el último gran ordenador
de 8 bits, el Spectrum+3.
Una máquina exacta al +2A pero con disquetera.
Esto fue positivo y negativo a la vez, ya que se ganaba en velocidad
de carga, espacio y comodidad de uso pero se perdió la
compatibilidad con el software escrito para 48k. Además,
los discos utilizados tenían un formato de 3" específico
de Amstrad, 5 veces más caro y con menos capacidad que
los standard de 3,5". Y por si esto fuera poco, el +3 era
caro. Costaba unas 250 libras, cuando competidores mucho más
potentes como
el Atari 520ST o un Commodore Amiga 500 costaban
400 libras... era una política económica que no
tenía sentido en una época en la que las máquinas
de 8 bits ya comenzaban a estar obsoletas, y esto fue determinante
en sus ventas, muy por debajo de lo esperado, y significó un paso más en la posterior e inevitable desaparición
del Spectrum.
Durante los últimos años del reinado de los 8 bits, y al margen de que el hardware pudiese quedar obsoleto, lo cierto es que continuaron saliendo al mercado títulos de gran calidad. Durante esta etapa, algunos programadores exprimieron la capacidad gráfica del spectrum hasta el límite de sus posibilidades. Algunos ejemplos de ello fueron R-Type (1988), Savage (1988), Astro Marine Corps (1989), Dan Dare 3 (1990) o Extreme (1992).
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The End |
Con el fin de la década, llegó el final de toda
una generación de ordenadores encabezados por el ZX Spectrum,
el Amstrad CPC, el MSX y el Commodore 64.
Aunque las grandes compañías continuaron publicando
títulos para 8 bits hasta 1993, se trataba
simplemente de rentabilizar al máximo un mercado que pese
a decrecer rápidamente y aunque ya no se fabricaban ordenadores,
estaba formado por millones de usuarios. Lo cierto es que entre
1990 y 1991 los 8 bits fueron relevados definitivamente por las
máquinas de 16 bits. En aquel momento se produjo el apoyo
masivo por parte de los usuarios a la nueva generación,
dando así por terminado
con un estilo de hacer videojuegos,
con sus virtudes y sus defectos, pero que, para bien o para mal,
nunca más volveremos a disfrutar... bueno, o sí,
que para eso estamos aquí :-)
Por Ferran Criado.
*Documentación:
- Dossier "La pequeña gran historia de los
videojuegos" de la revista Micromanía
- Artículo "Historia de
las computadoras: del ZX80 al PC200" en Computeremuzone.com
- Material diverso publicado en internet
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